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El valor de actuar

El valor de actuar

Análisis de: Dario Monasterio Suárez, economista formado en la Universidad Gabriela Mistral Santiago de Chile. El valor de actuar, es el título del libro de Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal de EE.UU. (FED) donde relata en primera persona la crisis de las hipotecas ‘subprime’ en EE.UU., con un efecto de contagio global muy fuerte.

Análisis de: Dario Monasterio Suárez, economista formado en la Universidad Gabriela Mistral Santiago de Chile.


El valor de actuar, es el título del libro de Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal de EE.UU. (FED) donde relata en primera persona la crisis de las hipotecas ‘subprime’ en EE.UU., con un efecto de contagio global muy fuerte.

A 10 años de una de las peores crisis globales de la historia, algunas notas e ideas sobre el tema:

La ortodoxia monetaria dice que la cantidad de dinero en la economía determina el nivel de la actividad económica, cantidad que es regulada por el nivel de las tasas de interés del sistema. Esto llevó a pensar a Greenspan, primero y a Bernanke, después, presidentes de la FED (Banco Central), que no era necesario subir las tasas de interés porque estaba creciendo el empleo y la inflación era del 5%, en momentos en que empezaban las quiebras de instituciones financieras por la crisis de las hipotecas.

Si el desempleo era bajo y de pronto sube pero sigue siendo bajo, se debe analizar otras variables cualitativas que han hecho cambiar la tendencia.

El problema de la crisis no fueron las reacciones de la FED y el gobierno estadounidense para evitar daños mayores sino las causas profundas de la desregulación del mercado financiero y sus consecuencias sobre las distorsiones generadas por las externalidades, en un entorno que no es el de «competencia perfecta» por asimetrías en la información, entre otras variables.

Lo contradictorio de la desregulación extrema, que se supone que da mayor libertad a los agentes económicos para maximizar sus beneficios por la libre oferta y demanda de bienes y servicios, es que en ese exceso de desregulación, los agentes no se hayan sentido incentivados a la innovación y previsto que se podía desencadenar todo lo contrario a la premisa de que «la maximización de mis beneficios, beneficia a toda la sociedad». En vez de eso, la excesiva desregulación, que incentivó a la maximización de beneficios, perjudicó a toda la sociedad. Fue un golpe a «la mano invisible» porque se creó una zona de confort de dinero «barato» que sumada a la desinformación y/o a la mala fe en la información que brindaban al mercado de parte de algunos bancos, ejecutivos y prestamistas, ocasionó una hecatombe permitida por el sistema.

Estas lecciones, que deben ser aprendidas por todos, ya han causado el aumento de la regulación en muchos países, principalmente en EE. UU. y en algunos casos, su consecuente excesiva restricción al acceso al financiamiento, lo que tampoco es la situación deseada.