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El aporte de las actividades acuáticas al desarrollo psicomotor de los niños

El aporte de las actividades acuáticas al desarrollo psicomotor de los niños

Además de ser divertidos, los juegos en el agua contribuyen en distintos aspectos del crecimiento, desde la coordinación motriz, hasta la independencia y la seguridad en uno mismo. Huggies comparte consejos para que los pequeños disfruten mejor este tipo de experiencias. Las actividades acuáticas son un buen plan de entretenimiento en familia, más aún, si

Además de ser divertidos, los juegos en el agua contribuyen en distintos aspectos del crecimiento, desde la coordinación motriz, hasta la independencia y la seguridad en uno mismo. Huggies comparte consejos para que los pequeños disfruten mejor este tipo de experiencias.

Las actividades acuáticas son un buen plan de entretenimiento en familia, más aún, si se trata de distraer a los más pequeños de casa. Es importante saber que además de ser un juego de recreación, el esparcimiento en el agua ayuda al desarrollo psicomotor y la estimulación temprana de los niños. En este contexto puede ser complejo acudir a una piscina en espacios comunes; en reemplazo, se puede optar por una inflable, para armarla en casa, o incluso la bañera, si se trata de un bebé. Huggies recuerda por qué la diversión en el agua es positiva, además de divertida.

Cinco beneficios de las actividades acuáticas para los niños

  1. Potencian el desarrollo psicomotor:

El desplazamiento en el agua brinda sensación de libertad, de ligereza y facilidad para realizar movimientos tridimensionales, es decir, en todo sentido. Lo anterior contribuye a una mejor coordinación y sensibilidad motriz en los primeros años de vida.

  1. Fomentan los buenos hábitos de seguridad en el agua:

Siempre bajo la supervisión de sus padres o tutores, es aconsejable que los niños desarrollen una relación cercana, cuidadosa y amigable con el agua desde pequeños, como una forma de prepararlos para que, cuando estén listos física y emocionalmente, aprendan a nadar; una habilidad clave para prevenir sustos o malos momentos en el agua. Entre el primer y cuarto año, los bebés pueden tomar clases iniciales de natación en compañía de sus padres o simplemente chapotear, hasta que se sientan preparados para aprender a nadar solos.

  1. Despiertan la curiosidad y fortalecen la confianza en uno mismo:

Las actividades en el agua ayudan a la estimulación temprana, lo que contribuye a una mejor percepción del entorno, a ser más aprehensivo, más independiente y también al desarrollo de la autoconfianza.

  1. Afianzan la relación afectiva y cognitiva del bebé y sus padres:

Al ser una actividad conjunta, al momento de estar en la piscina el bebé puede sentir el instinto protector de sus padres. Las reacciones innatas e instintivas que generan practicar natación, también contribuyen a alimentar el amor y la sensación de orgullo de parte de papá y mamá.

  1. Contribuyen a la relajación, el sueño y el apetito:

El agua tiene propiedades relajantes que ayudan a liberar la tensión nerviosa; además permiten que el pequeño disfrute más y mejor sus horas de sueño. Las actividades acuáticas también generan mayor apetito.

“Como las actividades acuáticas tienen tantos beneficios para los niños, en Huggies queremos acompañar este proceso con lo que mejor sabemos hacer: brindar comodidad y seguridad; para ello, tenemos los calzoncitos desechables Little Swimmers®, diseñados con materiales especiales para el agua”, comenta Claudia Zabala, Brand Manager de Huggies en Kimberly-Clark Bolivia y puntualiza sus principales beneficios: absorben la suciedad sin hincharse, tienen laterales fáciles de abrir y no son una carga incómoda, lo que hace que la experiencia de los pequeñitos en el agua se limite solo a juegos y diversión. Además, su nuevo formato “pants” elastizado, ofrece un ajuste perfecto, para que el pequeño juegue con la protección y comodidad que necesita, sin filtraciones ni preocupaciones.