Por Ramón Frexia 

Se acaba de publicar, que Colombia ha desbancado a Perú en uno de los rakings más top del mundo el “World Travel Awards”, Colombia le ha quitado el primer puesto a Perú como líder de la Gastronomía.

Por casi más de una década el vecino Perú fue condecorado con este premio y se creía que era casi imposible. Sin embargo, Colombia ha tomado la delantera y se metió en el bolsillo este premio, gracias -según el jurado- a su diversificación gastronómica.

Si esto es así, y personalmente conozco la gastronomía de este país hermano, tengo muy claro que Bolivia lo supera con creces, ya que tenemos todos los ingredientes de los colombianos y algunos más que ellos, como por ejemplo la quinoa, la llama, los ajíes, toda clase de vegetales y nuestras carnes del oriente – que son premium- , no tenemos mar, pero no hay quien compita con nuestros pescados de rio, con esta diversidad alimenticia y nutricional  y en pocos años nos hacernos con este galardón.

¿Qué nos falta? Creo que solamente nos falta lo que en otras áreas de otros rubros del país, formación, innovación y estrategia. Que son las claves para top en este rubro.

Formación, está claro que hay centros y proyectos buenos en Bolivia, tanto en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Iniciativas como el prestigioso proyecto de  Claus Meyer GUSTU en Calacoto, el CEFIM, instituto de gastronomía que capacita desde hace 29 años a mujeres para mejorar sus oportunidades laborales, o el movimiento de Integración MIGA que facilita la articulación de los actores del sistema gastronómico alimentario.

Por otro lado, UNIVALLE y UNICEN de Cochabamba son las únicas instituciones que otorgan un título a nivel de licenciatura en gastronomía. En Santa Cruz UDI también otorga el título y próximamente desembarcarán nuevas instituciones universitarias con este objetivo, y en grado técnico cabe destacar INFOCAL y TATAPI, así como escuelas gastronómicas privadas. Además de la ABG (Academia Boliviana de Gastronomía) que acaba de comenzar sus actividades.

En innovación, está claro que todavía queda mucho que hacer, bien es verdad que los jóvenes chef bolivianos, la mayoría formados en escuelas internacionales  y pasantías en locales con estrella Michelin aterrizan ya en Bolivia, con un futuro más que esperanzador y jugarán un papel muy importante de la mano de los grandes cocineros y chef que ya tenemos en Bolivia. Solo nos queda, que los empresarios privados juntamente con el nuevo gobierno pongan sobre el tapete una buena estrategia. No en vano la gastronomía y el turismo son uno de los motores de la economía.

Bolivia tiene todo el potencial y futuro esplendoroso, ahora solo falta arremangarse… ¡Oído cocina!